XXIV Domingo del Tiempo Ordinario
Dios siempre nos escucha. Hay momentos en la vida en los que pareciera que Dios no estuviera ahí, incluso aquella fe solida sucumbe ante el miedo y las dificultades. Sin embargo, Dios nunca nos abandona, está tan presente que llora y se alegra con nosotros. Tanto es su amor que incluso su silencio reconforta y …