XX Domingo del Tiempo Ordinario

Una mujer interrumpe el discurso de Jesús para decir “¡Dichoso el seno que te llevo y los pechos que te criaron!” Esta exclamación es provocada por la emoción y aceptación que sentía la mujer al oír a Jesús, por eso decide felicitarlo desde un ejercicio claramente muy tradicional: al glorificar a la madre, se está glorificando a Jesús, ya que según el pensamiento judío la maternidad es la dignidad más grande que una mujer puede tener y cuando el hijo hace cosas maravillosas la madre, con orgullo, se debe alegrar (Gn 49,25). Ahora bien, en el versículo 28 Jesús dice “Dichosos mas bien los que oyen la Palabra De Dios y la ponen en práctica” llevando a los oyentes a lo realmente importante que es OIR y OBEDECER la Palabra de Dios.

En esta solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, es importante resaltar cómo Lucas reconoce a María como modelo creyente al guardar las palabras de Dios en su corazón y, no solo eso, sino que reflexione sobre ellas (Lc2,19), frente a esto se nos invita a caminar con María. 

Reflexionemos ¿Cuando voy a celebrar la Eucaristía me concentro en escuchar la Palabra de Dios y traerla a mi vida? ¿Vivo la Palabra de Dios durante la semana, en medio de mi cotidianidad?