XXV Domingo del Tiempo Ordinario

 En este domingo Jesús nos enseña la mejor forma de utilizar el dinero bajo el compromiso desinteresado de servir a los pobres, el dinero no es injusto por sí mismo, pero si es tan agresivo que puede encerrar al hombre en un egoísmo ciego, el gran deber es tomar conciencia de que Jesús nos ha enriquecido con el amor y la lógica de compartir, ello es lo que nos llevara a un desarrollo equitativo y sostenible ante una sociedad en desenfreno.

Reflexionemos: ¿Qué lógica sigues la del mundo o la de Jesús?