¿Quiénes se salvarán? Es el tema principal de esta perícopa, donde la respuesta se da muy clara en tres puntos: primero, quien comprende que el camino hacia la salvación requiere de un esfuerzo de sí mismo “entrar por la puerta angosta”; segundo, quien comprende que la entrada al Reino se da por una comprobación del mismo Señor“Quiénes son ustedes” (v.25-27) manifestando una exclusión, sin embargo, afirma que la salvación es para todos (v.29); tercero, Jesús advierte en no caer si creen estar haciendo las cosas bien “los primeros serán los últimos” y muestra su misericordia “los últimos serán los primeros” (v.30). En definitiva, podemos observar que solo se salva el que se esfuerce por hacerlo y, para ello, el evangelista invita al discípulo a mirar los criterios de vida y volver al buen camino, al estrecho.
Reflexionemos: ¿Qué falsas seguridades tengo en mi vida? ¿Me esfuerzo por agradarle a Dios con mis acciones y pensamientos?